Después de creerme la anti-novia del año, he descubierto que mis ideas sobre casarse y todo lo que con ello viene de la mano han ido mutando a lo largo de este camino. De la idea original de esta celebración queda solo lo esencial y lo que nos identifica. Un poco prejuiciosa he sido, debo admitirlo, y uno de los prejuicios era entorno al vestido de novia. Hasta hace unas semanas jamás hubiese mirado diseñadores de blancas novias, por qué? bueno, porque nunca me imaginé en un vestido de novia. Sin embargo una en particular llamó mi atención y sin querer queriendo un sabado cualquiera encontre lo que no buscaba.
Desde el primer momento todo estaba preparado para cautivar mi mirada y mi vieja Pentax, el estudio de Elizabeth es más que un local de novias, es un poco ella, un poco lo que transmite y por supuesto todo lo que diseña. Casi sin darme cuenta ella me vestía una y otra vez y frente al espejo aparecían diferentes natalias, aquellas que no había tenido el placer de conocer. Carolina estaba ahí, compartiendo y anotando y entre las dos me llenaron de ideas.
Pensé en mamá haciéndome el vestido, en mis tíos Sergio y Marcelo, quienes se habían ofrecido a hacerme un vestido (gracias!) Pensé… pensé….y pare de pensar y aquí estamos, el sábado fuimos otra vez con Caro y asunto terminado, el vestido está en camino.
Más allá de las ideas iniciales, de este 'casamiento-no casamiento' y del mundo casamentil, nos estamos dejando ser y la estamos pasando genial. Sobre todo con Caro que no va a poder estar allá….esta bueno entonces que pueda estar acá.
Proximo tema a tratar: el vals. Ahora parece que alguien que no es yo quiere bailarlo.
